lunes, 11 de mayo de 2009

Dia 15 – 02 de mayo 2009 (por Tony)


Escribo esto desde una construccion de madera sobre la playa, presumo con arena importada pero con belleza autoctona. El imponente lugar que ofrece una agua tan cristalina que poco debe envidiarle al caribe se llama Laguna Blanca y se encuentra en el interior del Paraguay, para ser mas precisos a 30 kilometros del poblado de Santa Rosa, desde donde nos acerco el cura del lugar, pero mejor les cuento como llegamos hasta aca.
Hace casi dos semanas llegamos a Asunción como ya sabran si han seguido la cronologia de relatos, donde nos hospedamos en la generosa Komarca de Sebastian, una persona increible que genera construyo un espacio de igual calidad que su calidez.
Nuestros objetivos primarios estaban centrados en poder realizar un documental sobre la guerra de la triple alianza y en estas semanas podemos estar satisfechos que se hicieron todos los esfuerzos posibles y el resto sera complementado con una trabajosa y detalla edición que nos permita reflejar la jerarquía de los testimonios registrados. Pero el Paraguay nos tenia reservadas extensas sorpresas y como frutilla, que mas bien podria ser un cheesecake o un lemon pie de nuestra ya lejana casa de dulces ubicada al 5000 de la avenida Corrientes, pudimos realizar un humilde pero gratificante labor sobre los pueblos originarios del Paraguay y por eso pretendo sin intencion de desviarme permitirme abrir una ventanita mas para tratar un poco mas en detalle este tema.
Según tengo entendido en la actualidad en el paraguay se encuentran 17 etnias indigenas, aunque prefiero utilizar el nombre de pueblos originarios que entiendo es la denominación con la que ellos pretenden ser identificados, y todas ellas estuvieron reclamando en la plaza Uruguaya, centro de Asunción podría decirse que por políticas que sean mas consideradas con sus necesidades, aunque, real y lamentablemente seguian reclamando lo mismo de siempre, solamente un poco de respeto.
Pero sin nunca dejar atrás a los pueblos originarios porque nunca pretendemos hacerlo, pienso avanzar un poco en el relato y ya empezar a ver como nos estamos despidiendo de la komarca pero no sin llevarnos a Seba con nosotros. Asi que una vez mas, la vecindad itinerante se forja en cuarteto y arrancamos en viaje hacia Cerro Cora, el norte de Paraguay, pero si ven un mapa podran observar que Laguan Blanca, cerca de Santa Rosa se encuentra a la mitad de camino entre Cerro Cora y Asuncion, entonces, una vez mas (y tal vez un millon de veces mas hasta que salga) debo lentificar el tranco para contar con detalle lo que paso.
El nacimiento del dia 30 de abril (dia 13) nos encontro a Chris y a mi en un micro directo a Ciudad del Este y por si hace falta la aclaración nuestra intención era conseguir algunos electrónicos que le hacen falta a nuestro estudio de edición portatil para poder funcionar por lo menos como un carruaje lujoso, logicamente hablo de un carruaje tirado por dos burros semimuertos, pero quejarse ya dijimos no esta dentro de nuestros planes ni actuales ni futuros.
Lo de Ciudad del Este es un tema aparte, consumo, mucho consumo, llegamos temprano vimos algunos locales, anotamos precios, marcamos diferencias y analizamos ventajas. Dos horas despues no sabiamos si queriamos comprar un disco rigido portatil o un tostador con telefono inalambrico. El Caos cocinaba nuestros craneos como si se nos hubiese apagado el cooler del cerebro y este empezara a recalentar. Llego un momento que solo queria llevarnos algo, aunque sea el alma, pero es algo Ciudad del Este no vende, solo compra. Cinco horas despues de la llegada estabamos nuevamente en otro micro que nos alejaba por primera y muy seguramente por ultima vez de esa ciudad y nos llevaria hasta Coronel Oviedo donde debiamos encontrarnos con Naty y Sebas que llegarían alli a dedo, pero esa parte de la historia no me toca contarla a mi.
Cuando llegamos a Oviedo promediando las tres de la tarde y tal vez los 35 grados centigrados, nos esperaba un relajado el relajado rostro de sebas acompañado de un extenuado rostro de naty, ya que su travesia como se enteraran por otro lado, fue mas dura de lo planeado y ahi recien arrancabamos.
Desde ahi, es decir, hace 48 horas de esto comenzo nuestra segunda etapa del viaje y nos adentramos en un nuevo y desconocido mundo para casi todos nosotros, el inimaginable mundo de viajar a dedo.
Quiero decir que es difícil, bastante y no solo por la espera y la incertidumbre, sino por esos tramos en los que uno queda varado y la mejor opción, sino la única es movilizarse a pie hasta un cruce mas transitado, esos pedazos te hacen pedazo. La mochila pesa, el sol pica, los pies se funden en el asfalto y el mismo infierno toma nota para sus tours de lujo, pero si piensan que esto es una queja que prometi no realizar, amigos mios, estan muy equivocados porque a lo quiero llegar es que todo esto se disipa cuando un angel al volante se digna a parar. Tal vez solo puedo describir esa sensación de chico cuando iba al italpark, nose , indescriptible.
Nos han llevado tres personas hasta el momento y pienso recordarlos asi que los voy a nombrar para que los recordemos juntos.
El primero fue el ingeniero Galeano, que nos paro cerca de Coronel Oviedo y nos alcanzo hasta el pueblo Mbutuy, donde ademas nos recomendo a un capo muy simpatico del pueblo que nos dio un techo para dormir, un baño y electricidad para recargar nuestras insaciables baterias.
Luego nos levanto Marcos, el de los cueros, con su camioneta roja que es una anecdota aparte que otros van a escribir, que nos acerco 3 kilometros mas de su destino solo para dejarnos en las proximidades de un cruce.
El tercero y último hasta ahora fue el Padre Jose, de la Iglesia Catolica de Santa Rosa que nos permitio utilizar su baño y dormir en las galerias de la Iglesia y nos acerco los 30 kilometros que nos separaban desde su residencia hasta Laguna Blanca, que es donde estoy sentado ahora escribiendo. Lugar al cual nos costo ingresar ya que la entrada era de 30.000 guaranies, que representan unos altisimos u$s 6 dolares que para nosotros era la misma cantidad que nos habia costado hacer los 220 kilometros que separan Oviedo de aca, asi que luego de utilizar todo nuestro ingenio representado en adulación y extrema humildad, logramos que nos dejaran ingresar por u$s 1. Fue el dólar mejor invertido en mucho tiempo, ya que desde hace 10 años no me bañaba en un agua tan cristalina, desde hacia 3 dias no me bañaba en una ducha tan cristalina (y no cristalina tambien) y por supuesto nuestras baterias se cobraron el resto.
Ahora estamos por dejar el lugar antes que la hospitalidad se convierta en abuso y viendo como hacemos para dormir en propiedad privada sin que nos quieran reorientar a tiros y esperar al amanecer para llegar a un cruce donde pasa el unico colectivo del dia, mañana a las 8 de la mañana, nos devuelva a Santa Rosa para ahora si, intentar llegar de una vez por todas a Cerro Cora.
¿Les conte que tal vez vayamos por el Matto Grosso para luego cruzar transversalmente Bolivia? No, claro que no, porque sino no me seguirian leyendo, insaciables motivados solo por las primicias. Los quiero y los despido para verlos en la proxima, abrazo,
Tony

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