jueves, 14 de mayo de 2009

Hacia el interior

Queriendo hacer creer nuestras promesas documentalistas, le ofrecemos a Malvina hacerle una entrevista no sin que ella se nos adelante ofreciendonos una digna salida. Una camioneta negra llego y seria nuestro proximo aventón, aquel que nos sacaria de Laguna Blanca. Las muchachas que nos iban a llevar se sorprendieron al ver 4 armatostes posados sobre 4 personitas en la parte de atrás de su vehiculo, ellas muy apuradas por salir antes del anochecer, avanzaron por el ripio a altas velocidades. Luego de vertiginosos 20 minutos de samba arribamos al cruce de santa rosa donde nos habia dejado el bondi la noche anterior. Volvimos a Santa Rosa cerca de las 6 de la tarde cuando el sol ya habia caido. Nos dispusimos a caminar con rumbo un tanto incierto. Nuestras opciones eran variadas pero para que engañarnos, un tanto limitadas. Alguien propuso dormir en el colegio, otro la comisaria y tambien esperar en la estación de servicios era una buena idea. Tambien discutiamos la opción de volver a molestar al cura de la iglesia católica que ya nos había hospedado en la galeria de la misma el dia anterior. Por algun motivo que no podemos a ciencia cierta dilusidar, Chris, quien ya habia avanzado hacia una despensa para comprar arroz, el cual no sabiamos donde cocinariamos, se volvio sobre sus pasos y nos empujo a comprar en una despencita en la cual habia estado el dia anterior y donde aparemente se habia sentido comodo. Era la despensa de Florentina, una cuadra mas alla de la iglesia. Mientras comprabamos y todavia decidiamos donde podriamos pasar la noche y cuando Naty y Tony ya habian arrancado en dirección al colegio del pueblo, Sebas y Chris los detuvieron para avisarles que Florentina y su familia nos habian ofrecido un lugar en su casa para pasar la noche. Es decir que entramos por arroz y de vuelto nos ofrecio una pieza, un baño, terere, una cena compartida incluyendo chipaguazu, clases de guarani y un amanecer con ordeñe de vacas incluido.




No bien se incorporo de la cama, Sebas, sin salir de la misma nos comento: ¨ya entendi porque vine a este viaje¨. Hizo referencia a la pelicula ´Y tu que sabes´, puntualmente a la escena de las pelotas botando (para mas informacion vea la pelicula What the bleep do we know…), y dijo que si hubiesemos intentado volver a la iglesia hubiesemos seguido botando la misma pelota y hubiesen desaparecido las infinitas opciones que tenemos a disposicion.
En ese momento Sebas sintio su viaje concluido y nos separamos no sin antes obsequiarnos el libro El conocimiento Silencioso de Carlos Castaneda para que lo tengamos en el grupo, y para honrar su obsequio lo estamos leyendo entre los tres, actividad bastante inusual pero muy placentera y recommendable.
Nos vimos por ultima vez en el cruce de Santa Rosa mientras nos subiamos a nuestro proximo aventon, pero esto ya es un capitulo aparte.

1 comentario:

  1. me encontré ese mismo libro en la ¿biblioteca? de la veci, lo tomé prestado y lo terminé leyendo al sol de varios lugares, espero hayan podido disfrutarlo (no digo aprovechar porque es dificil dimensionar) tanto como yo.


    sigo con las lecturas, sigan con su viaje: a pleno!!!
    abrazo apretado

    the gabu

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